El alcázar real de Guadalajara es de origen árabe, y probablemente ya existiera en el siglo IX. Sus ruinas, actualmente en proceso de excavación arqueológica, conservan tanto muros islámicos de tapial como muros de piedra posteriores a la reconquista (1085).
El alcázar de Guadalajara se encuentra en la capital de provincia del mismo nombre. Su entrada se encuentra en la calle Madrid, frente a la iglesia de Los Remedios, y en uno de sus flancos está protegido en su fachada norte por el barranco del Alamín, que actúa como defensa natural.
El alcázar original fue construido en el siglo X por los árabes, formando parte de la muralla que rodeaba la ciudad, de esta primitiva construcción sólo quedan dos grandes torres defensivas de planta cuadrada en el lado Oeste. Este edificio nace como consecuencia de la posición geográfica que convierte a Guadalajara en una base privilegiada de sus campañas, según demuestran las crónicas de la época.
Tras la conquista de Guadalajara por los cristianos en 1085, el Alcázar pasó a propiedad de la Corona castellana, manteniendo, como en época precedente, sus funciones de centro militar y sede del gobernador delegado por el poder señorial, cuando no de la propia familia real, en él habitaron algunas temporadas los reyes Fernando III, Sancho IV y Alfonso XI, llegando incluso a ser sede de las Cortes del reino. La decadencia de esta fortificación comenzó con la construcción del Palacio del Infantado a mediados del siglo XV.
En 1778 sus dependencias fueron destruidas para construir en su interior la ampliación de la Real Fábrica de Paños volviendo a su carácter militar en tiempo de la Guerra de la Independencia. Su uso militar ha pasado por Academia Superior de Ingenieros, Cuartel de Santa Isabel y Colegio de Huérfanos de Gerra en el S. XIX, y ya en el siglo XX se convirtió en el cuartel de San Carlos, sede del regimiento de Aerostación y cuna de la aviación española. En 1936 fue bombardeado e incendiado, quedando al descubierto las enmascaradas murallas de la fortaleza medieval, estado en el que permanece en la actualidad.
Este edificio en principio fue construido con tapial, pudiéndose ver las modificaciones realizadas por los cristianos de mampostería y piedra irregular.
Su estado de conservación es de absoluta ruina.
Es propiedad del Ayuntamiento de Guadalajara, y está proyectado convertirlo en una zona de recreo y actividades culturales.
El acceso es libre.
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Fecha de última modificación: 14/06/2020
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