Castillo de Cadrete en Cadrete, Zaragoza

Situación

El Castillo de Qadrit se alza sobre un cerro a 380 metros de altitud sobre el nivel del mar, y a 80 sobre la llanura del río Huerva, en la localidad de Cadrete, provincia de Zaragoza.

Se puede llegar a él desde la parte más alta de la localidad, donde acaban las ultimas casas, por un camino que rodea la ladera y que lleva hasta la fortaleza tras unos 10 minutos a pie.

Historia

Los orígenes de Cadrete se remontan a la época de la invasión musulmana de la Península Ibérica (siglo VIII), e históricamente estuvo poblada por musulmanes, aún después de su reconquista por el rey Alfonso I el Batallador, hasta que Felipe III decretó la expulsión de los moriscos en 1609. La fortaleza de Qadrit fue construida por los musulmanes en el siglo X (935).

Zaragoza, centro de poder y capital de la Marca Superior de al-Ándalus, fue un foco de continuas sublevaciones y, por ello, el principal objetivo de las campañas del Califato de Córdoba para sofocar rebeliones.

En el año 935, tras la rebelión del gobernador de Zaragoza Muhammad ben Hassim at-Tujibí, el califa Abdarrahmán III decidió construir varias fortificaciones en las inmediaciones de la ciudad blanca, y entre ellas la de Qadrit.

Entre 935 y 937, Abdarrahmán III estableció en el castillo de Qadrit el cuartel general del hostigamiento y asedio de la ciudad entre 935 y 937. Tras 100 días de asedio infructuoso, el califa decidió regresar a Córdoba, dejando al mando a Ahmad Ibn Ishaq al Qurasi, uno de sus hombres de confianza, que en esos momentos controlaba el castillo de Al-Marya (María de Huerva). Mientras tanto, los rebeldes no dudan en aliarse con los cristianos. A mediados de 935 el califa envía a la ciudad a al-Mundir al-Qurasi y sus tropas para reforzar su cerco. A finales de 936 Abdarrahmán regresa a Cadrete y vuelve a dirigir personalmente el sitio, hasta que en noviembre de 937 la ciudad se rinde y el califa entra triunfal en la capital de la Marca.

Un siglo después (XI), en época de taifas, la fortaleza formaría parte del amplio sistema defensivo de la Zaragoza musulmana, concretamente de su acceso sur por el valle del bajo Huerva. Posiblemente existiría una red de atalayas que lo comunicaran visualmente con las fortalezas cercanas como Al-Marya (María de Huerva), Quart (Cuarte), Muwala (Muel) y con la misma Zaragoza, ya que el castillo no tenía contacto visual con estos lugares. Dos de estas posibles atalayas serían la de Muel (desaparecida), que controlaría el camino de Daroca que da al valle del Huerva, y una que vigilaría Zaragoza, actualmente tragada por la ermita de santa Bárbara.

El castillo fue conquistado por el rey de Aragón Alfonso I el Batallador en 1118, en la campaña de la reconquista de Zaragoza. El rey Pedro II lo vendería en 1212 a Pedro de Navascués. Años más tarde, a finales del XIII, el castillo volvería a manos del Rey de Aragón, y Alfonso III lo cedería a la familia Zapata. Un miembro de esta familia, Miguel Pérez Zapata, general de renombre de los ejércitos aragoneses del rey de Pedro IV el Ceremonioso, que participó en las guerras que mantuvo Aragón en la península y en ultramar, levantó una capilla en el castillo, además de efectuar importantes reformas en otras estructuras con motivo de las guerras que Aragón mantuvo contra los castellanos.

Tras la muerte de Miguel Pérez Zapata a mediados del siglo XIV, la villa y la fortaleza pasarían a manos del monasterio cisterciense de Santa Fe, fundado por él mismo en los alrededores del pueblo. A partir de este momento se produce el abandono de su actividad militar.

El castillo fue utilizado como prisión en el siglo XVI y parte del XVII, pero en la segunda mitad de ese último siglo ya se encontraba totalmente abandonado y en proceso de deterioro, permaneciendo así hasta que, en 2011, se iniciaron unas obras de restauración para salvarlo de la ruina total o de un posible derrumbamiento.

Descripción

El castillo de Cadrete es el típico ejemplo de castillo construido por los musulmanes en España: construido con tapial, de planta irregular y alargada, levantado sobre un cerro de media altura con defensas naturales (acantilados o barrancos) y con una gran torre situada en uno de los extremos del recinto. Otros castillos del mismo tipo y origen en la provincia de Zaragoza son los de Maluenda, el castillo Mayor de Daroca, Rueda, Calatayud, María de Huerva, Sástago y Alfajarín.

La fortaleza, dividida en dos recintos claramente diferenciados, fue construida en el borde de un barranco de unos 70 metros de altura, accesible únicamente por el lado sur y adaptada longitudinalmente al cerro sobre el que se asienta (SO-NO), perpendicular al curso del rió Huerva.

El recinto superior es el principal y más antiguo, sus dimensiones aproximadas son de unos 45 metros de largo por 25 de ancho, y en él se encuentran las partes más importantes: la torre, el patio de armas, el aljibe y la entrada.

El recinto inferior es más amplio que el superior, tiene unas dimensiones aproximadas de unos 70 metros de largo por 40 de ancho, termina con una barrera de saeteras, y sus muros fueron construidos a base de encofrados de argamasa de yeso, piedras irregulares, cantos de río y tapiales de tierra.

La torre, grande y robusta, se encuentra situada en el extremo del recinto que da al acantilado. Su planta es cuadrada, de unos 6,5 metros de lado, y su altura superaría los 12 metros de altura. Sus gruesos muros sonde de piedras de yeso y argamasa. El interior se distribuye en un sótano, cuatro plantas y una terraza almenada.

El sótano tenía unas dimensiones de unos 2,4 por 2,7 metros de lados y una profundidad de unos 3 metros. Sus paredes eran de yeso y una de ellas conserva el grafito de un perro.

En la primera planta se encuentra la entrada, situada a unos 2 metros de altura, por lo que se debió necesitar una escalera para poder acceder a ella.

La tercera planta es la más interesante, pues presenta algo único en los castillos aragoneses y probablemente en toda la Península Ibérica, un marco de lacerías en yeso que recorre la parte superior de sus paredes.

Las almenas de la terraza son de argamasa de yeso y tejas, de forma rectangular, y dispuestas de modo que hay dos más anchas en los extremos y una más delgada entre ellas. No es habitual en este tipo de castillos musulmanes de tapial que el remate almenado haya resistido el paso del tiempo.

En el patio de armas destaca la existencia de un dibujo esquemático que se introdujo en el relleno de uno de sus muros cuando la argamasa aún no había fraguado, y que quedó al descubierto al derrumbarse la pared.

Detrás del recinto superior, bajo el muro que rodea la torre, se excavó en la roca un foso de unos 4 metros de profundidad por 12 de anchura, y al otro lado del foso se levanto un gran montículo de tierra con aspecto piramidal, formándose tras el un segundo foso natural. Las dimensiones de este recinto serian aproximadamente de unos 45 metros de largo por 25 de ancho.

Estado de conservación

Actualmente presenta un buen estado, debido a una importante restauración realizada entre 2011 y 2012.

Visitas

El acceso al Castillo de Cadrete se hace en visita guiada los sábados y los domingos a las 10 de la mañana. Es recomendable llamar con antelación dado que el número de personas por grupo está limitado a un máximo de 15. Las reservas pueden hacerse llamando al 652 122 811, escribiendo un correo electrónico a castillocadrete@cadrete.org o contactando a través de sus perfiles de Facebook y Twitter.

Protección

El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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Más información sobre fortificaciones de la comunidad de Aragón en Castillosnet (www.castillosnet.org).

Libros y publicaciones

Aragón, una tierra de castillos, A. Cabañas Boyano, Prensa Diaria Aragonesa, Zaragoza, 1999, Pgs. 167-168
Castillos de Aragón I. Desde el siglo IX hasta el segundo cuarto del XIIII, Cristóbal Guitart Aparicio, Editorial Librería General, Zaragoza, 1979, Págs. 71-72
Castillos de España (volumen I), VV.AA., Editorial Everest, S.A., León, 1997, Pg. 515
El castillo de Cadrete: leyendas, historia y castellología, H. Giménez Ferreruela, Asociación para la Recuperación de los Castillos de Aragón (A.R.C.A.), Zaragoza, 2003
El castillo de Cadrete. Del abandono a la visita guiada, J. Borobio Sanchíz y J. L. Ona González (coord.), Ayuntamiento de Cadrete, Institución Fernando el Católico, Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 2015