Castillo del siglo XIV que se alza sobre un enriscado peñasco que domina la población. El acceso es libre, pero dificultoso.
El Castillo de Embid de Ariza se alza sobre un enriscado peñasco que domina la población del mismo nombre, en la comarca de Calatayud, provincia de Zaragoza.
Para llegar a él, a los pies del peñasco donde se asienta (fácilmente localizable nada más llegar a Embid), hay que tomar un camino habilitado y bien señalizado que, a pie y en unos 15 minutos aproximadamente, nos lleva al castillo. El camino es a ratos bastante empinado, y medio trepando por la roca.
Se sabe que el castillo de Embid ya existía en el año 1200 cuando el rey Pedro II de Aragón lo hereda de su madre Doña Sancha. El castillo, situado sobre un risco de paredones verticales, muy próximo a la frontera con Castilla, desde donde vigilaba el valle del Henar.
El castillo fue importante durante la guerra de los Pedros (1356-1369), que tuvo lugar entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla. Los desfiladeros que forma el río Henar al parecer fueron pasos clave en la frontera de Aragón con tierras castellanas. El castillo de Embid defendía estos pasos en tierras aragonesas, por lo que se convirtió en una plaza fortificada fronteriza de importancia de la Corona de Aragón con Castilla. En el transcurso del conflicto armado entre ambos reinos cristianos, el castillo es tomado por Castilla en 1357, para pasar poco después a manos aragonesas nuevamente, pues se sabe que en 1361 estaba en poder del Ceremonioso, el rey Pedro IV de Aragón. Posteriormente el castillo pasaría a manos de los Palafox de Ariza.
Se trata de un castillo roquero rodeado por varios de sus flancos por un barranco de considerable altura, siendo prácticamente inexpugnable.
El castillo estaba formado por un pequeño cuerpo de planta rectangular de unos 6 por 4 metros de lados, estructurado en su interior en tres niveles.
En la parte más alta de la fortificación destaca un torreón circular de unos tres metros de diámetro, peculiar dada la escasez de este tipo de torres circulares en castillos aragoneses.
La única manera de acceder al castillo era por un camino que, partiendo del pueblo, llegaba hasta lo alto del peñasco donde se asienta, y que fue protegido por una muralla de la que apenas se conserva un muro de tapial y piedra.
Se conserva la puerta de entrada al castillo, bastante deteriorada.
Sólo quedan algunos vestigios.
El acceso es libre, pero dificultoso.
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Fecha de última modificación: 08/05/2022
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